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Oxígeno en los aviones

Durante los un viaje en avión la presión de aire desciende y los pasajeros se exponen a niveles de oxígeno inferiores a los normales. Estos cambios no son percibidos por las personas sanas pero afectan a quienes padecen enfermedades pulmonares.

La minima presión de aire a la que puede exponerse una persona es la que encuentra a 3.000 metros En las líneas aéreas comerciales la presurización de las cabinas permite que hasta casi 13.000 metros de altura se mantengan presiones atmosféricas similares a las que existen a una altura de 2.500 metros sobre el nivel del mar.

¿Qué ocurre cuando la presión de aire baja?

Cuando baja la presión atmosférica el aire contenido en el cuerpo se expande.

En condiciones normales el cuerpo humano tiene aire en los senos paranasales, los conductos en los oídos, los pulmones, el espacio pleural, los órganos de la cavidad abdominal. Durante un viaje en avión el síntoma más frecuente de expansión del aire se presenta en el momento del ascenso o descenso del avión cuando aún no se ha alcanzado la adecuada presurización de la cabina y es el “pop” que se siente en los oídos.

En pacientes con sinusitis crónica suele ocurrir congestión nasal y a veces por varios días la audición disminuye.

En pacientes con Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), aún permaneciendo en reposo, la disminución de oxígeno causa síntomas respiratorios hasta en el 80% de los casos. De todas formas, la mayoría de las investigaciones señalan que las situaciones de emergencia médica y los fallecimientos durante el vuelo son muy infrecuentes en personas con EPOC.

Cuándo usar oxígeno suplementario

El oxigeno suplementario está indicado en todos aquellos pacientes que lo usan en su domicilio y toda vez que se considera que existe la posibilidad de que los niveles de oxígeno pueden disminuir durante el vuelo.

En otros casos el uso de oxígeno suplementario está supeditado al resultado de la oximetría (nivel de oxigeno en sangre), las pruebas de función pulmonar, y pruebas más sofisticadas como las realizadas en cámaras especiales con baja presión de aire que simulan las condiciones de vuelo y la exposición a mezclas gaseosas con bajo nivel de oxigeno.

Preparándose para volar

Es recomendable que los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas consulten a su médico con anticipación sus planes, mejor aún si lo hacen algunos meses antes. Ello hace posible realizar las pruebas necesarias para determinar si se necesitará oxigeno suplementario y luego notificar a la empresa.

La reglamentación sobre este tópico no es uniforme por ello se recomienda informarse en cada línea aérea de los requisitos específicos para solicitar este servicio.

Recuerde que las líneas aéreas no proveen oxigeno durante la estadía en tierra de modo que, si lo necesita, programe con anticipación la suplementación durante las escalas.

Solicite a su médico que le provea un informe sobre su enfermedad, requerimientos de oxigeno (litros/minuto), aprobación para viajar, etc. Lleve varias copias.

No está permitido al pasajero llevar su propio tanque oxigeno.

En la mayoría de los casos es posible usar un concentrador de oxigeno portátil que funciona a batería y cumple con las disposiciones legales vigentes. Estos dispositivos pueden usarse en tierra e ingresar con ellos al avión. La batería debe tener una carga de 1,5 veces el tiempo de vuelo.

A veces la propia empresa provee el oxigeno.

LA LEGISLACIÓN QUE REGULA LA DISPONIBILIDAD DE OXIGENO PARA PASAJEROS CON ENFERMEDADES PULMONARES NO ES UNIFORME. INFORMESE EN CADA LINEA AEREA.

Fuente: Fundación Torax

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